En vísperas de un nuevo aniversario del Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, entrevistamos al reconocido periodista Nicolás Kasanzew, único corresponsal argentino que cubrió todo el conflicto bélico en las islas en 1982. En diálogo con Al Hueso, Kasanzew analizó el origen del conflicto, las estrategias británicas, los mitos que rodean la guerra y el futuro de la soberanía argentina sobre el archipiélago.
El origen de la guerra
Kasanzew es tajante: “Malvinas fue una guerra de defensa”. Y para sostenerlo, se apoya en los testimonios del Dr. Horacio Cattani y del fiscal Luis Moreno Ocampo, quienes calificaron la contienda como una defensa nacional, pese a la narrativa británica que la instaló como una agresión argentina.
—¿Existe una justificación racional de la guerra?
—Hay guerras justas y guerras injustas. Y la única guerra justa es la de defensa, que es obligatoria y sagrada. Malvinas fue una guerra de defensa.
“Nunca se puede invadir lo que es propio”, enfatiza, criticando la facilidad con la que algunos argentinos repiten la versión británica de los hechos.
—¿Cómo se originó el conflicto bélico?
— La guerra fue buscada, provocada y desatada por Gran Bretaña.
Sucede que después de 1982 hubo un montón de falacias que contribuyeron a nublar el panorama. Y esto no sólo lo digo yo. Tanto el presidente del tribunal que juzgó a la Junta Militar de Malvinas, el Dr. Horacio Cattani, como el fiscal Luis Moreno Ocampo, calificaron a la calificaron como una guerra de defensa.
Los ingleses la presentaron como una agresión argentina, con mucho éxito. Y en nuestro país tuvimos la mano de obra argentina puesta al servicio de esas mentiras.
Un claro ejemplo es que hasta el día de hoy muchos argentinos dicen “cuando invadimos las Malvinas”, y uno nunca puede invadir lo que es propio.

La provocación británica
Según su análisis, el conflicto no fue una decisión unilateral de la Junta Militar, sino una provocación británica cuidadosamente diseñada. Gran Bretaña necesitaba justificar la militarización del Atlántico Sur y generó un “casus belli” para inducir a Argentina a una acción desesperada.
—¿Cómo fue la operación británica para generar la guerra?
— Los ingleses a través de sus aliados, realizaron una provocación, que en lenguaje diplomático se denomina “casus belli”, que significa motivo de guerra. Ellos tenían planificado montar una fortaleza en el Atlántico Sur y para eso necesitaban esa excusa de que los habían agredido. Y en realidad fue un guiño del Pentágono a la Junta Militar, enviado con toda malicia, para que cayera en esa trampa. Si no se entiende esto, no se puede entender Malvinas. Después no quisieron dar marcha atrás. Pero tampoco marcha adelante. La guerra de Malvinas la llevaron a media máquina. Lo único planificado fue el 2 de abril.
– ¿Cuál fue ese “guiño” del Pentágono a la Junta Militar?
– Cuando Galtieri se da cuenta de que cayó en una trampa, de que los ingleses venían enserio y que Estados Unidos no iba a ser neutral, le dice a su ministro de Defensa, Amadeo Frúgoli “saquemos las tropas de las islas”. Y Frúgoli le contesta “no podemos, la gente nos cuelga en Plaza de Mayo”.
Cuando los militares argentinos comprendieron que habían caído en la trampa, ya era tarde. Querían retroceder, pero el pueblo los empujó a seguir, recuerda, citando los miles de voluntarios civiles que querían sumarse al frente.
—¿Cómo reaccionó la sociedad argentina en ese momento?
—Malvinas fue una gesta nacional y popular en el sentido más limpio de la palabra. Todos los argentinos se sumaron. Hubo doscientos mil voluntarios civiles para ir a combatir a las islas. Hubo muchachos de 15 o 16 años, lisiados en sillas de ruedas o hasta pilotos de avionetas que ofrecieron inmolarse como kamikazes contra la flota británica.
El pueblo argentino donó, escribió cartas y mostró en todo momento su apoyo a la recuperación de Malvinas. Inclusive cuando los generales se rinden, muchos van a la Plaza de Mayo y los insultan como “cobardes” porque querían que se sostenga el esfuerzo bélico en Malvinas.
Rompiendo mitos
Uno de los relatos más instalados es que los soldados argentinos eran jóvenes inexpertos enfrentando a un ejército profesional. Kasanzew desmonta esa versión:
—¿Es cierto que fue una guerra entre jóvenes argentinos sin experiencia contra un ejército profesional?
—Eso es una falacia. Nuestros soldados tenían entre 18 y 19 años, pero nadie se molestó en averiguar la edad de los británicos. Hay registros donde se ve que la mayoría de los tripulantes de la flota británica tenía 17 años. Eran tan bisoños como los nuestros.
Por otra parte, nadie se detiene a pensar de donde viene la palabra “infantería”. Viene de infante. Y ellos son los mejores combatientes, los que tienen mayor fuerza física, los que se sienten inmortales. Nos guste o no, han sido, son y serán siempre los mejores combatientes.
La clave, según él, estuvo en la pericia y el coraje de los combatientes argentinos.
—Los británicos tenían la tercera flota del mundo. Su poderío era abrumador. Y nuestros pilotos, con aviones modelo 50 diezmaron esa flota modelo 80. Supieron contrarrestar esa diferencia de equipamiento y tecnología de 30 años, con pericia, con coraje y con mística.
Con esa mística nacionalista, religiosa y cristiana que infundió el profesor Jordán Bruno Genta. Fue algo tan poderoso que los británicos hablaban del “factor Genta” en la guerra.

Presente y futuro de la soberanía
Sobre la posibilidad de recuperar las islas, Kasanzew es claro: “Para recuperar las Malvinas, primero tenemos que recuperar la Argentina”.
—¿Las Malvinas son islas recuperables?
—Si Argentina sigue de rodillas, sin Fuerzas Armadas, nadie nos va a escuchar. Todo lo que se habla de presentaciones en la ONU es cháchara vacía. Primero tenemos que ser un país con poder de disuasión. No para ir a la guerra, sino para evitar que nos ataquen.
Denuncia la falta de política de defensa y considera que las gestiones diplomáticas son ineficaces sin un respaldo militar sólido.
—Federico “El Grande” de Prusia decía que “una diplomacia sin un ejército fuerte, es como una orquesta sin instrumentos”. Entonces, si recuperamos la Argentina podemos aspirar a recuperar las Malvinas, desde una posición de fuerza. No nos equivoquemos, sigue siendo el mundo del más fuerte.
En un contexto global marcado por tensiones crecientes, advierte sobre la amenaza de una guerra mundial y señala a Vladimir Putin como un factor desestabilizador.
—¿Existe el peligro de una nueva guerra mundial?
—Con el asesino de Putin en el poder, estamos a un paso de una guerra nuclear. Es un hombre que ya es anciano, no tiene nada para perder, porque no le queda mucho tiempo de vida y se está aferrando a su cargo desesperadamente. En Rusia hay una legión de investigadores y médicos para prolongarle la vida. Putin es un asesino, sin piedad alguna. Pensemos que cuando fue agente raso de la KGB, destinado en Alemania, se especializó en venenos, la forma más cobarde de asesinar. Y muchos de sus opositores en Rusia como en el extranjero fueron asesinados. El mundo está en grave peligro, con asesinos con tanto poder como Putin.
Cicatrices de la guerra
Aunque no participó en el frente de batalla, la guerra dejó en Kasanzew huellas imborrables.
—¿Tiene pesadillas por Malvinas?
—La guerra de Malvinas la tengo muy presente. Siempre tuve conciencia histórica y desde el vamos supe que Malvinas iba a ser un hecho muy importante en la historia argentina. En especial, por el desempeño de nuestra aviación. Los combatientes, en algunos casos han sufrido sindromes de estrés postraumáticos, por el ninguneo y abandono que hubo después de la guerra.
Yo no tuve esas pesadillas, pero tengo otro tipo de pesadillas.
Cuando terminó la guerra a mí me persiguió primero el gobierno militar y después el gobierno de Alfonsín. Con 4 hijos, me costaba muchísimo encontrar trabajo. Y mi pesadilla recurrente hasta el día de hoy, es que me quedo sin trabajo.
A 42 años del conflicto, la causa Malvinas sigue vigente. Kasanzew lo resume con una advertencia y una esperanza:
“Si recuperamos la Argentina, podremos recuperar Malvinas. Pero para eso, necesitamos ponernos de pie como nación”.