La gestión de Hebe Casado llegó al Senado de Mendoza pregonando austeridad, recorte del gasto y transparencia, pero a más de un año de mandato, los resultados distan de acompañar ese discurso. Nombramientos en planta permanente sin concurso previo, falta de baja significativa en la cantidad de sueldos a pagar y escasa claridad en la información pública ensombrecen la administración de la vicegobernadora.
Un pedido de acceso a la información realizado por el medio El Editor dejó en evidencia que, lejos de lo prometido, hubo al menos tres pases a planta permanente sin concursos: Javier Aguas, María Emilia González Labanca y Sofía Nahir Panizzutti López fueron designados directamente por la presidenta del Senado, Hebe Casado, y su Secretario Administrativo, Pablo Priore.
Una tradición que se mantiene
La polémica con los nombramientos no es nueva. Ya en 2016, la entonces vicegobernadora Laura Montero había firmado un acuerdo con los gremios y la Subsecretaría de Trabajo para instaurar los concursos como método de ingreso y ascenso dentro de la Legislatura. Sin embargo, apenas se realizaron dos concursos internos en todos estos años, y ambos fueron cerrados para personal que ya formaba parte del staff legislativo.
Durante la gestión de Mario Abed, no se impulsaron concursos, y en los 16 meses de Hebe Casado, tampoco. Consultado por El Editor, Pablo Priore reconoció que “en la gestión de Abed no se hicieron concursos y hubo muchos nombramientos en planta”, defendiendo los actuales pases como “regularizaciones de empleados que llevaban bastante tiempo en la Legislatura”. No obstante, fuentes gremiales discrepan: “Nombraron a propios y ahora dicen que quieren concursar”, replicaron.
¿Quiénes son los nombrados?
Javier Aguas, nombrado en planta permanente, asumió rápidamente la Dirección de Infraestructura y TIC, un área sensible que depende directamente de Priore. Por su parte, González Labanca y Panizzutti López fueron incorporadas a la Junta de Disciplina del Senado, un órgano clave en el funcionamiento interno.
Ambas empleadas, que según registros oficiales ingresaron en febrero de 2024, forman parte del círculo de confianza de la actual gestión.
La motosierra sigue guardada
Mientras el Senado sostiene que solo hubo tres pases a planta, los números disponibles en el Tribunal de Cuentas revelan otra realidad. Entre el primer y el cuarto trimestre de 2024, los cargos en la Cámara Alta pasaron de 421 a 425, en lugar de reducirse como prometía el mensaje inicial.
En contraposición, la Cámara de Diputados —presidida por Andrés Lombardi— logró disminuir en 10 los legajos de personal en el mismo período. Aun así, el ajuste no ha sido profundo: Diputados finalizó el año con 8,7 empleados por legislador, mientras que el Senado cuenta con casi 11 empleados por senador.
En total, el Senado declaró 524 empleados a finales del 2024, sin contar los contratos, una estructura pesada para una cámara compuesta por apenas 38 legisladores.
El gasto: un elefante difícil de mover
Respecto al presupuesto, el Senado gastó más de $7.700 millones en salarios durante el 2024, apenas un 12% menos que los más de $8.700 millones que destinó la Cámara de Diputados, que tiene diez legisladores más.
La diferencia, que a simple vista podría parecer significativa, se diluye si se considera la cantidad de empleados: el gasto por legislador en el Senado sigue siendo mayor.
Además, las diferencias entre los datos publicados en SIDICO, el Tribunal de Cuentas y los informes presupuestarios propios del Senado generan más confusión que transparencia. Nadie en el oficialismo parece estar preocupado por aclarar estas inconsistencias.
¿Concursos a la vista?
Desde el entorno de Casado aseguran que, luego de los tres nombramientos directos, ahora sí se buscará avanzar en concursos abiertos en coordinación con la Cámara de Diputados. Por ahora, no hay fechas ni detalles confirmados, y reina el escepticismo.
Mientras tanto, la Legislatura de Mendoza sigue mostrando una estructura abultada, sueldos altos y escasa renovación de prácticas, a contramano de la promesa de modernización que la actual vicegobernadora enarboló al asumir.
El mensaje de austeridad se repite en los discursos. La práctica, sin embargo, muestra que, en el Senado de Mendoza, cambiar las viejas costumbres sigue siendo la tarea más difícil.